Época: Imperio Asirio
Inicio: Año 1470 A. C.
Fin: Año 1000 D.C.

Antecedente:
El arte de la época mesoasiria

(C) Federico Lara Peinado



Comentario

Al comienzo de esta etapa, los talladores glípticos habían continuado reproduciendo la temática de los antiguos sellos de Assur; luego, durante el dominio hurrita, la glíptica se sumió en una etapa monótona al copiar una y otra vez la temática de los dominadores.
Pasado el siglo XIV, al recobrar Asiria su prestigio político, se produjo en el arte de tallar las piedras una magnífica proliferación de temas, al tiempo que la calidad de sus ejemplares alcanzaba notabilísimos niveles estéticos que de alguna manera suplían la pobreza de la plástica de bulto redondo.

Si en el siglo XV a. C. (sello de Assurnirari II, vasallo de Mitanni) se copian esfinges, grifos, hombres cubiertos con gorro y larga trenza, todo de forma abigarrada en uno o dos frisos, siguiendo los patrones hurritas, poco a poco (sellos de la época de Eriba-Adad I) se iría reorganizando la superficie del sello, buscándose el enmarque simétrico y las nuevas composiciones.

Durante el reinado de Assur-uballit I (1365-1330) apareció la temática naturalista, con ejemplares de gran belleza, en los que se ven a indefensos animales -ovejas, gamos- alimentar a sus crías o nutrirse de los árboles. Junto a esta temática, un tanto bucólica, también se representaron escenas de la vida diaria de los reyes, sobre todo cacerías y ceremonias religiosas: impronta del archivo de Tukulti-Ninurta I en la que se ve a tal rey cazando desde un carro cabras montesas y un caballo; sello de lapislázuli del rey cassita Shagarakti-Shuriash, capturado por Tukulti-Ninurta I, en donde se representa a un rey arrodillado ante Assur, siendo testigo el dios Adad.

A finales del siglo XII a. C. aparecieron otros sellos cilíndricos tallados con mayor libertad compositiva y con la presencia de nuevos temas: animales aislados, centauros luchando contra leones, héroes capturando animales salvajes, etc., junto a toques de paisaje, sobre todo árboles con ramas en forma de abanico. A fin de que la escena no se viese interrumpida por las inscripciones, cuando éstas se ponen, son fijadas horizontalmente en la parte superior del sello, en vez de en las laterales, y de forma vertical, como se hacía en los ejemplares coetáneos de la Babilonia cassita.

De dos archivos de Assur han llegado varias tablillas con improntas de sellos sobre sus superficies, interesándonos, por la novedad que supone, algunas de ellas: en concreto, las que se centran en la temática arquitectónica (asalto a una ciudad; fachada de santuarios asirios con torreones y muros almenados, etc.).

No tiene nada de extraño que muchos sellos de esta etapa llegaran a sobrevivir en la Babilonia del milenio siguiente.